Ayer tuvimos mi amiga Anne y yo una cita con uno de mis mas queridos malditos. Ulpiano Checa. Pintor madrileño de Colmenar de Oreja, muy querido por sus paisanos y pueblo muy querido por Ulpiano que pidio “descansar” en el.
Ir a Colmenar es un pequeño paseo. Salimos de Madrid por la carretera de Valencia hasta el poblado del Puente Arganda, donde nos desviamos hacia Chinchon.
Le enseño a Anne los raros edificios de RNE, seguimos por el valle del Jarama, y empezamos a subir las cuestas que nos llevan a El Alto, que es una meseta que sirve de divisoria de aguas entre Tajuña y Jarama.
Bajamos haciael valle del Tajuña, dejando a nuestra derecha la carretera de San Martin, a nuestra izquierda la de Morata y enfrente el monumento a las Brigadas Internacionales, el nuevo.
Paramos en el Parador de Frascuelo, la “Cook Farm” de los brigadistas, las cocinas.
Dejamos de lado la Alcoholera de Chinchon.
Cruzamos el Tajuña, y volvemos a subir al paramo donde se asientan Chinchon y Colmenar, mas conocido por la Campiña Madrileña.
A nuestra derecha quedan el Molimo Amarillo y la Peña del Agua, hermosisima cascada que solo funciona cuando hay fuertes lluvias.
La campiña madrileña, donde no hay atochares, tomillos y ondinas, es un mar de olivos y viñas, con caldos de la Tierra de Madrid, al menos los de Colmenar.
Dejamos Chinchon a nuestra derecha, y enseguida aparece la recta carretera que, paralela a la antigua via del tren, en apenas 4 km en Colmenar nos ha de dejar.
El museo lo conozco porque ya he ido otras veces.
2 euros cuesta la entrada. A mi me gusta que los museo cuesten dinero. Las cosas gratis total no sabemos apreciarla.
La exposición esta muy bien dividida. Son tres plantas.
Todos los cuadros de Checa, sus grandes obras son conocidas, pero me doy cuenta que sus pequeñas obras , muy bonitas, las conocemos porque han formado parte según podemos ver de las antiguas cajas metalicas de dulces y membrillos, Uno de sus cuadros me impresina. “La caida de los coraceros en el barranco de Waterloo” y uno que me parece una preciosidad, por la luminosidad, la claridad y la tematica. “El regreso del Mercado” .
Un primer plano de una niña y su burrito, con las alforjas cargadas de fruta que invitan a cogerlas.
Me gustó tambien mucho “El anticuario” , maravilloso.
Su mas famoso cuadro se perdio en un incendio, tenia 4x7 mts. Nos queda un boceto.
Era “La invasión de los Barbaros”
No quiero extenderme porque creo que lo mejor es ir a verlo, mis palabras apenas dicen nada, y me quedaria siempre corto.
A la salida nos fuimos a tomar un café en una terraza de la hermosisima plaza mayor, no sin antes entablar tertulia en las escaleras del Ayuntamiento con Timoteo ¡79 años de extraordinaria memoria! Y sus compañeros.
Ya habiamos estado otra vez en Colmenar en el inolvidable viaje de Marcos a Madrid, es un pueblo que hay que conocerlo.
A la salida le enseño a Anne, los enormes hornos donde se cocian las grandes tinajas.
Y le hago una curiosidas ms camino del convento de la monjas, por una calle cuesta abajo que me recuerda a antiguos nombres de calles de Madrid. Calle de la bajada de las Monjas.
En Colmenar le hago ver a Anne, que los bordillos de las aceras y las aceras mismas, son de lujo.
Estan hechas con piedra de Colmenar.
El empredrado de las calles, no, ese es granito del Guadarrama.
A 49 km de Madrid.
Esperando que Ulpiano Checa tenga el reconocimiento que su magnifica obra se merece, un abrazo.
(Del libro "Madrileños Malditos)